RECEPTOR TIROSINA QUINASA
Un receptor de tirosina quinasa es un receptor celular asociado a una vía de señalización intracelular caracterizado por pertenecer a la familia de los receptores con actividad enzimática intrínseca o asociada y por poseer como ligandos a la insulina, al factor de crecimiento epidérmico, al factor de crecimiento de fibroblastos, neurotrofinas y a otros factores tróficos. Las características moleculares del receptor de tirosina quinasa comprenden la posesión de una hélice alfa transmembranal individual, aunque la proteína intrínseca posee un dominio citosólico con actividad de tirosina quinasa, y su vía de transducción de señal incluye a la proteína Gmonomérica Ras asociada a la MAPK, vía IP3-DAG o vía inositol trifosfato (PI3)-quinasa. De este modo, su activación mediante un estímulo externo provoca una cascada interna de reacciones enzimáticas que facilita la adaptación de la célula a su entorno, por mediación de mensajeros secundarios.
¿Cómo se transfiere la señal más
allá del receptor tirosina-quinasa?
Las tirosina-quinasas fosforiladas
sirven de anclaje para los dominios SH2 de otras proteínas.
Una proteína adaptadora
(Grb2) convierte la señal inicial [(fosforilación inicial del EGF (Epidermic
Growing Factor)] con el hecho final, cual es la estimulación del crecimiento
celular. Cuando se produce la fosforilación del receptor, el dominio SH2 de la
proteína adaptadora (Grb2) se une a los restos de fosfotirosina del receptor
tirosina-quinasa.
Grb2 se asocia a otra proteína
denominada Sos (uniéndose con los dominios SH3). Estos dominios se
unen más específicamente a tramos del polipéptido con abundantes restos del
aminoácido prolina.
Los dominios SH3, al igual que los
dominios SH2, son abundantes y repetitivos en las proteínas que los contienen.
La proteína Sos se une a
otra proteína (Ras). La proteína Ras activada se une a otros
componentes del circuito molecular ocasionando la activación de proteína-quinasas-serina-treonina.
Estas proteínas fosforilan determinadas dianas que promueven el crecimiento
celular.
En resumen: la transducción de
señales moleculares tiene lugar mediante interacciones específicas proteína ↔
proteína (a través de los dominios SH2 y SH3) que relacionan el hecho inicial
de la unión del ligando a su receptor con el crecimiento celular (efecto
final).